La Virgen María, Madre de Cristo
La Virgen María, Madre de Cristo
La Virgen María es Madre de Cristo, del Ungido, del Mesías…
de Dios.
Cuatro son los dogmas marianos:
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La maternidad virginal de María
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María Madre de Dios
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La Inmaculada concepción de María
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La Asunción a los cielos de María
En el siglo III d.c. nos encontramos enunciado lo que hoy se
conoce como Credo Apostólico, donde se nos introduce a María como madre de
Jesús, del mismo Jesús que es Hijo de Dios y es el Jesús histórico de nuestros
evangelios. María tiene importancia en tanto es importante su relación con
Jesús: es su madre, verdadera madre de la que Él procede; y es Virgen, ya que
en la concepción de Jesús intervino el Espíritu Santo.
María es la Madre de Dios, aquél que ella concebió como
hombre, por obra del espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo,
según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de
la Santísima Trinidad.
El Concilio de Éfeso, viene a resolver dudas de
interpretación en su tiempo, dictando que la Iglesia cree que Jesús es
verdadero Dios y verdadero hombre, y que María, Madre de Dios, engendró en su
seno a Cristo, el Verbo encarnado.
María, Virgen. En este signo de la concepción virginal se ve
que Cristo es verdaderamente el Hijo de Dios, que ha venido a una humanidad
como la nuestra. María salvaguarda la filiación y maternidad divinas con su
virginidad. La virginidad de María manifiesta la iniciativa absoluta de Dios en
la Encarnación, Jesús no tiene como Padre más que a Dios. La obra de la
salvación depende totalmente de la voluntad amorosa del Padre, que entrega a su
propio Hijo único.
Por todo ello nos confiamos a su intercesión, ya que sabemos
que por estos títulos y prerrogativas reconocidos, se nos hace presente
formando parte de nuestra historia de la salvación. Hemos de evitar, pues, la
visión fría ante su imagen, para profundizar en las verdades que nos descubre
nuestra fe.
Miremos detenidamente la imagen de Nuestra Madre, ¿en qué
nos fijamos? ¿de qué sirve todo lo que la rodea? ¿qué nos transmite cada cosa
que vemos? Existe gran devoción, por
llamarlo de alguna forma, por la Virgen María en muchas personas, que pude
alejarse muchas veces de esa vinculación al plan de salvación que Cristo nos
trae, cayendo en el riesgo de no llegar a ser coherente con nuestra fe
católica.
Como ayuda podemos leer a san Pablo en su Primera carta a
Timoteo 2, 1-6 en donde podemos encontrar la relación entre la veneración a la
Virgen y el misterio de la salvación de Dios.
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