LA VIRGEN MARÍA EN EL NUEVO TESTAMENTO
LA VIRGEN MARÍA EN EL NUEVO TESTAMENTO
Existe una
gran cantidad y variedad de visiones respecto a nuestra Madre en los diversos
escritos del nuevo testamento. Ella entra en nuestra fe debido a la misión que
Dios le encomienda, con una doble implicación: por un lado humana, al ser la
Madre biológica de Jesús, por otro lado, sobrenatural. María siempre aparece
formando parte de la historia de la salvación centrada en Cristo, siempre está
ligada a la figura de Cristo.
Los distintos evangelios
configuran un descubrimiento progresivo de la figura de María:
1)
En las cartas de San Pablo no aparece de forma
explícita María, lo que sí afirma es la condición humana que asume Jesús,
verdadero hombre que nació de mujer. Además el que nació es más que la ley y
más que hombre.
2)
Marcos propone realizar una cristología correctiva
mediante una teología de la debilidad. El testimonio sobre María es sobrio y
denso. La Virgen acoge la voluntad de Dios, manifestada de forma privilegiada y
suprema en su propio Hijo. En ella la confianza es plena y total que la hace
responder con un sí totalmente generoso y desprendido. María es una persona
concreta, una mujer situada en el tiempo y en el espacio, que acoge la
revelación que Dios hace de sí mismo a través de su propio Hijo. María es
además modelo del discípulo de Jesús, cumpliendo así la voluntad del Padre
celestial.
3)
San Mateo nos presenta en esencia dos pasajes: el de la
genealogía de Jesús, mostrándonos que desciende de Abraham y de David, convirtiéndose
en el Mesías, cumpliéndose las profecías y promesas del Antiguo Testamento; y
el del anuncio a San José. Se puede resumir que la Virgen María se bosquejó
proféticamente.
4)
San Juan denomina a la Virgen como la madre de Jesús,
su relevancia estriba en la relación con Jesús y los discípulos. Aparece
mencionada dos veces, en las bodas de Caná y a la vera de la Cruz, en el
momento crucial de la salvación. Aquí, el Señor, nos comunica una revelación,
un mensaje, una importantísima doctrina, María es madre de todos los creyentes,
y así mismo nos muestra la actitud filial que hemos de tener hacia María, Él
nos la presenta como ejemplo, como forma de imitar.
5)
En el Evangelio de San Lucas es donde encontramos la
mayor parte del “material mariológico” del Nuevo Testamento. Nos presenta la
salvación como un camino sobre el que avanzamos, animados por el Espíritu, es
apostólico, es recto e imparable, es actual, pervive y está presente en todos
los tiempos, y es salvador: nos proporciona alegría y nos presenta a María como
modelo que acoge la salvación. Las escenas principales son la anunciación y la
visitación. Aquí María se muestra
disponible para la salvación, concebida virginalmente y nacida para la
vocación, es llena de gracia y se muestra llena de alegría; acepta algo, que de
seguro no podía gustar en aquellos tiempos, con humildad, paciencia,
responsabilidad, entrega y abandono, siendo sincera y desinteresada, y que más
que ser fuerte, hemos de decir que tuvo la fortaleza suficiente para ser
seguidora de Cristo, quizás su primera seguidora.
Como resumen se puede establecer
que Dios encargó a María una misión maternal sobre los hombres, humilde esclava
del Señor, dio su fiat, su sí, al plan salvífico del Altísimo, convirtiéndose
en la Madre de todos los hombres y en el modelo de la Iglesia que será la
encargada de mostrar la salvación a toda la faz de la tierra.
Como reflexión, miremos a nuestro alrededor, seguro que
existen personas que acogen la voluntad de Dios y tratan de responder a ella,
seguro que esto produce alegría, los convierte en valientes defensores
cristianos, genera que tengamos fe en Él, que confiemos en el Señor sabiendo
que no hay nada imposible para Él, por lo que siempre debemos de ponernos en
sus manos, bajo su poder y pedir que nos muestre a diario lo que quiere de mí,
de nosotros. Podíamos leer Lucas 1, 26-38.
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