Reflexión en Semana Santa del 2020


Reflexión en Semana Santa del 2020


Hoy, cinco de abril del 2020, me pongo ante Ti para acordarme, pedir y dar las gracias por muchas personas y muchas cosas.



En primer lugar me gustaría acordarme de las personas que sin quererlo, ni merecerlo, la vida ha querido hacerlas partícipes de una enfermedad y que en muchos casos han llegado a fallecer. Por ellos, los que ya no están, para todas ellos mi primer, nuestro primer recuerdo.



En segundo lugar por los que están sufriendo al máximo en las unidades de cuidados intensivos, internadas en planta en el hospital o en sus casas, aunque parezca que el peso del virus es muy grande, para todos ellos mi recuerdo y mi ánimo.





También me gustaría acordarme de las familias de todos los anteriores, que no caigamos en la desesperanza, ni tampoco todos nosotros que sufrimos este confinamiento, no nos angustiemos ni nos deprimamos, esto pronto se va a acabar y tenemos que seguir siendo fuertes ahora y después para poder resurgir con toda la fuerza y todo el ímpetu.



En este confinamiento son muchas las familias que están repartidas, que cumplen con rigor las instrucciones recibidas por nuestro gobierno y llevan ya muchos días sin poder abrazarse, si quiera verse o tocarse, para todos ellos, ánimo y esperanza, pronto volverán a verse. Cuántas situaciones de amor, de cariño… pronto se materializarán físicamente otra vez, pero por ahora que sigan aprovechando su recuerdo.


Cómo no, dar las gracias, no están pagados y no lo hacen por este motivo económico, a todos los sanitarios, fuerzas de seguridad, bomberos, ejército, trabajadores sociales, cuidadores… porque lo están arriesgando todo por todos nosotros.






¿Y de toda esa cantidad de voluntarios y personas que también en primera línea lo siguen dando todo? Ahora más que nunca se ponen en valor y demuestran lo necesarios que son para la atención de otra gran cantidad de personas que si no sufren la infección ahora mismo, o algunas que pueden estar sufriéndolo en sus domicilios, si no fuera por este tejido social, se verían sin atención. Seguro que seguirán estando ahí, como lo han estado antes, están y cuando pase esta situación y empiece la recesión económica, también estarán.

 

Hay muchas personas incomprendidas en la sociedad por su valores y su misión, incluso en estos momentos no son del todo agradecidos con ellas, y les siguen poniendo trabas y siguen sin apoyarlas, tanto los profesionales sanitarios como los voluntarios mencionados, pero seguro que no se van a rendir y van a seguir dándolo todo, porque es lo que saben y quieren hacer.



Otra línea de personas a las que también quiero agradecer su labor, son a todos los que ocupan puestos estratégicos y necesarios en sus trabajos: empleados de tiendas de alimentación, farmacias, transportistas, servicio de limpieza y recogida de basura, gestores fiscales y económicos, entidades financieras, agricultores… muchas gracias porque no desatienden sus funciones y se ven con la responsabilidad diaria de mantenernos a todos los demás.

Desear que quienes hayan perdido su negocio, su trabajo, puedan restablecerlo cuanto antes, que igual que ahora hay una red de apoyo a un tipo de necesidades, después exista otra red que busque solucionar su situación, seguro que estaremos a la altura.





Que no nos encontremos solos ninguno de los que participamos en las situaciones anteriores, tanto de enfermedad como laboral, que encontremos siempre alguien en quien consolarnos, siempre habrá Alguien.





Por suerte, con abrir los ojos en cualquier momento, hay dispuestos medios para que puedan ser atendidas todas las personas, la sociedad está preparada para ello, a nivel nacional (que ojalá las decisiones que les quedan por impartir nos beneficien y resuelvan cuanto antes todas la cuestiones que dependan de ellos), autonómico (que sean el brazo que ejecute las directrices nacionales y sepan administrar todos los recursos y estructuras sanitarias que en definitiva son las que van a utilizar quienes las necesiten), provincial (velando por equitativo reparto comarcal de los medios y que no se generen diferencias entre poblaciones, o incluso a nivel local entra distintos organismos) o local (estando en primera línea de atención pueden llegar a conocer y dar respuesta a todos los problemas puntuales) nos ofrecen una estructura que podemos utilizar. Y además siempre habrá Alguien.

Pese a todos los esfuerzos, las cifras de fallecidos siguen estando ahí, por eso ofrecer nuestro recuerdo y por supuesto ayuda a sus familias por la forma tan injusta y repentina de dejar a un ser querido. No obstante la vida sigue, lo que se hace es dejar un tramo atrás.






Tiene que ser muy duro no poderse despedir de un ser querido, las medidas son muy estrictas, seguro que no estamos solos y nos podemos refugiar en un ser querido, aprovechémoslo, además Ella, siempre estará ahí también.







Cuando un ser querido nos deja, provoca un vacío casi imposible de cubrir, que todos nos ofrezcamos a estar junto a quien lo necesite, que hagamos nuestros los problemas del otro, y que podamos cubrir ese hueco del que falte. Además siempre tendremos el ejemplo de Ella.





Todo esto acabará, más pronto que tarde, volveremos a ver la luz, incluso aquellos que nos hayan dejado la verán. Los que sigamos estando en este mundo, que sepamos sacar todas las conclusiones que esta situación nos está dejando, que emprendamos aquellas medidas que haya que adoptar para que el día de mañana cuando podamos volver a la normalidad pongamos en práctica todo lo que el aprendizaje de esta situación nos haya dado, sepamos ver y corregir los errores, y aumentemos en humanidad y esperanza, y busquemos otra vacuna para saber vivir mejor, sin odios, ni rencores, con amabilidad e ilusión con este mundo que tenemos.


Sigámonos entregando con responsabilidad, fe y esperanza, 
todo el Amor que llevamos dentro.




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